La abdominoplastia, también conocida como cirugía de abdomen o «tummy tuck», es un procedimiento diseñado para mejorar la apariencia del abdomen, especialmente después de embarazos, pérdida significativa de peso o envejecimiento. Está indicada para pacientes con exceso de piel flácida, depósitos de grasa persistentes y músculos abdominales debilitados o separados (diástasis).
Durante la cirugía, que se realiza bajo anestesia general, el cirujano realiza una incisión horizontal en la parte baja del abdomen, generalmente justo por encima del pubis, de modo que la cicatriz quede disimulada bajo la ropa interior o el bikini. A través de esta incisión, se elimina el exceso de piel y grasa, y se tensan los músculos de la pared abdominal. En algunos casos, se realiza una incisión adicional alrededor del ombligo para reposicionarlo y lograr un resultado más natural.
La recuperación incluye hinchazón, dolor moderado y el uso de una faja compresiva durante varias semanas para reducir la inflamación y apoyar los tejidos en cicatrización. Los pacientes deben evitar actividades físicas intensas por aproximadamente 6 semanas. Los resultados suelen ser duraderos, siempre que se mantenga un estilo de vida saludable, y ofrecen un abdomen más plano, tonificado y estético.